Los excesos pasan factura.
Sea por el sol, el frío o los hábitos poco saludables, tu piel se acaba resintiendo. Por no hablar de los efectos del tiempo.
Pero, aunque los años pasen para todos, tú tienes el poder de cuidarte, deshacerte de los excesos y lucir una piel sana, tengas la edad que tengas.
Por eso, te hablamos de la piel dañada y deshidratada: cómo reconocerla y cómo repararla.
¿Cómo saber si tu piel está dañada?
Para tratar tu piel a tiempo, debes conocer cuáles son los factores que la perjudican y cuáles son los síntomas principales de una piel dañada y deshidratada.
Conoce los principales agentes que dañan la piel
Existen múltiples factores, tanto internos como externos, que alteran la función barrera de la piel. Distinguimos entre:
- Agentes internos: relacionados con el envejecimiento y la genética.
- Agentes externos: la radiación solar, el tabaco, la alimentación, la contaminación, la humedad, los cambios de temperatura, la falta de sueño y el estrés.
Te puede interesar: ¿Qué cosmética necesitas para restaurar la función barrera de tu piel?
Aprende a reconocer los síntomas de la piel dañada y deshidratada
Hay signos muy evidentes que nos ayudan a reconocer una piel dañada como, por ejemplo, la aparición de escamas, rojeces, erupciones, y la sensación de picor, hinchazón o tirantez.
La piel deshidratada, en concreto, se manifiesta en forma de líneas finas de sequedad, que aparecen en la superficie cuando el cuerpo no puede aportarle la humedad suficiente.
¡Cuidado! No debes confundir piel seca con piel deshidratada. La piel seca es un tipo de piel (como la piel grasa o la piel mixta) que casi no tiene aceite en su superficie. La piel deshidratada, en cambio, es una condición que puede afectar a todo tipo de pieles.
¿Qué pide una piel dañada y deshidratada?
La genética y la edad son factores que no puedes controlar, pero existen otros que sí. Para lucir una piel sana, apréndete estos dos mantras:
Adiós a los excesos, al alcohol y al tabaco
El alcohol y el tabaco son los principales factores que hacen que tu piel esté deshidratada. Y si, además, sumas las altas horas de exposición al sol sin una protección adecuada, favoreces el envejecimiento prematuro y una piel mucho más sensible.
Asimismo, la piel deshidratada también se agrava con el frío excesivo, el abuso del aire acondicionado o la calefacción, los baños calientes y el consumo en exceso de café o de sal.
Hola a la vida sana y a una buena hidratación
Una vez has dejado atrás los malos hábitos, toca dar la bienvenida a los buenos y, así, cuidar tu piel por dentro y por fuera. ¿Cómo?
- El sueño. La falta de sueño influye en tu piel, así que establece una rutina de sueño de entre 6 y 8 horas para mantener una piel saludable y favorecer su renovación.
- La alimentación. Planifica una dieta equilibrada, rica en vitaminas, antioxidantes y aceites vegetales naturales, para combatir el envejecimiento.
- La hidratación. Si hablamos de hidratación, no solo nos referimos a beber dos litros de agua al día. Sino que es importante establecer una rutina de belleza en la que la hidratación sea la protagonista.
Y, por último, pero no por ello menos importante, intenta reducir los niveles de estrés.
Sí, sabemos que, la mayoría de las veces, el estrés no se puede controlar, pero tu piel (y tu paz mental) agradecerá que vivas mucho más relajada.
Repara tu piel con una cosmética ecológica y vegana
No es ningún secreto: la piel absorbe todos los componentes de la cosmética que utilizas. Y, por lo tanto, debes saber exactamente qué ingredientes te aplicas.
Te puede interesar: Más allá de la moda: ¿Por qué utilizamos ingredientes de Km0?
Toda nuestra cosmética está formulada con ingredientes naturales y respetuosos con el medio ambiente. Nuestro bálsamo nutritivo es ideal para reparar la piel dañada y deshidratada, ya que incluye ingredientes como la manteca de mango, que restaura la hidratación, tiene gran capacidad emoliente y mejora la elasticidad cutánea. Además, ¡es apto para todo tipo de pieles!
¿Todavía no lo has probado?