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Ola de calor: 4 consejos para proteger tu piel en verano
Seguramente has visto esta imagen por redes sociales estos últimos días. Dice que: “Este es el verano más frío del resto de tu vida”.
Y si estas olas de calor son sinónimo de un verano frío… no queremos saber lo que nos espera.
Las consecuencias del cambio climático las pagamos todos: los graves incendios que arrasan tierras, los golpes de calor que causan muertes de personas y de animales…
Desde Saponäria intentamos contribuir a un planeta más limpio y, aunque en el blog tenemos muchos consejos para que tú también puedas poner tu granito de arena, hoy nos centramos en cómo nos afectan estas temperaturas extremas.
Y es que, a medida que las temperaturas suben, nuestra piel también se resiente y debemos cuidarla más que nunca. ¿Quieres saber cómo?
Vamos punto por punto.
¿Cómo afecta el calor a la piel?
Las altas temperaturas, la exposición al sol, el cloro de las piscinas, la sal del mar… En verano, tu piel tiene todas las papeletas de sufrir daños.
Si no la proteges, la deshidratación y la sequedad serán las dos grandes protagonistas.
El calor hace que sudes más, pierdas más agua y tu piel esté más acartonada, tirante y susceptible a irritarse. Además, el exceso de sudoración puede favorecer la aparición de infecciones y dermatitis, debido a la acumulación de humedad en la piel.
Asimismo, no podemos olvidar los efectos de la larga exposición al sol. A corto plazo, la radiación ultravioleta hace que la piel se reseque y se agriete. Y, a largo plazo, la piel envejece más rápido, pierde elasticidad y aparecen más arrugas, por no hablar del riesgo de desarrollar un cáncer de piel.
¿Qué problemas de la piel se agravan con el calor?
Aunque ya hemos hecho un leve resumen de cómo afecta el calor a la piel, vamos a ver en detalle los problemas cutáneos más comunes en verano:
Deshidratación
Para contrarrestar el calor, vamos con ropa más fresca que suele dejar nuestra piel más desprotegida, factor que favorece la evaporación de agua de la piel. Y si a esto le sumamos que, para regular la temperatura corporal, perdemos líquidos más rápido, el resultado es la deshidratación.
¿Cómo reconocer una piel deshidratada?
Normalmente, se caracteriza por un aspecto acartonado, sin brillo, sensación de picor, tirantez y descamación.
Te puede interesar: ¿Cómo reparar la piel dañada y deshidratada?
Rosácea
La rosácea es una afección común de la piel, que causa un rubor o enrojecimiento y los vasos sanguíneos son más visibles en la cara. Si la sufres, ya sabes que los cambios de temperatura hacen que aparezca con más intensidad.
En verano, concretamente, el calor, la exposición solar y la sequedad de la piel por los aires acondicionados hacen que los brotes de rosácea sean más intensos.
Dermatitis seborreica
La dermatitis seborreica se caracteriza por el enrojecimiento y la descamación de la piel. Las altas temperaturas y el exceso de sudoración pueden irritar la piel, producir picores y que aparezcan lesiones cutáneas en zonas donde se acumula el sudor.
4 consejos para cuidar tu piel en verano
Ahora que ya sabes cómo afecta el calor a la piel y cuáles son los problemas que se agravan en verano, te explicamos cómo debes protegerla para minimizar los daños.
1. Hidrata bien tu piel.
Nunca dejaremos de recordarlo: la hidratación es un básico del cuidado de la piel. Y, en verano, debes extremar precauciones para crear una barrera que retenga más agua en la piel.
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¿Cómo puedes hacerlo?
Hidrátate bien, de forma interna como externa. Bebe abundante agua, limpia bien tu piel con nuestro jabón sólido y aplícate un bálsamo reparador que fortalezca y repare la función barrera de la piel y evite las pérdidas de agua.
2. Protégete del sol.
Lo mejor que puedes hacer para protegerte del sol es evitar las horas de máxima exposición. Utilizar ropa fresca, tejidos orgánicos, gorras, sombreros y gafas de sol. Pero, si aún con todo esto es inevitable que te dé el sol, lo mejor es no olvidarte del protector solar.
Y no solo cuando vayas a la playa o a la piscina, debes aplicarte protector solar antes de salir de casa para lucir una piel sana.
Ahora, con la apertura de nuestra tienda, hemos ampliado catálogo de productos y tenemos los protectores solares de Nuura, que están certificados por ECOCERT y BioInspecta, asegurando unas formulaciones que cuidan tanto nuestro cuerpo como la vida marina.
¡Pásate a vernos y descúbrelos!
3. Limita los exfoliantes.
Aunque exfoliar la piel te ayuda a eliminar impurezas, no debes abusar. Si te exfolias muy repetidamente, puedes causar el efecto contrario y que la piel se debilite y se exponga más al sol y a las altas temperaturas.
4. Establece una buena alimentación.
Por último, pero no por ello menos importante, la alimentación. Seguramente, estarás cansada de escucharlo, pero no es ningún mito: una alimentación equilibrada es la mejor garantía para lucir una piel sana.
Come fruta y verdura para favorecer la hidratación, y alimentos ricos en antioxidantes para prevenir la degeneración celular y retrasar el envejecimiento.
Aunque son muchos los alimentos que puedes incluir en tu dieta, te recomendamos tres:
¡Que el calor y la radiación solar no arruinen tu piel y tus vacaciones! Ten en cuenta estos consejos y disfruta de un verano sin dañar tu salud.
Eso sí, recuerda que cada persona es un mundo y que cada tipo de piel requiere cuidados específicos. Si tienes molestias, picores o alguna condición especial en tu piel, recurre a tu dermatólogo.